Medicina

[...] "Si consigo cumplir este juramento y no romperlo, que se me conceda la posibilidad de progresar en mi vida y en mi oficio haciéndome respetar para siempre por todos los hombres. Si vulnero y rompo el juramento, que me ocurra lo contrario"
(Juramento hipocrático, Hipócrates, 460-377 a.C.)

En los últimos ciento cincuenta años la medicina ha superado su pasado basado en la tradición y la magia, pasando a ser dominio de la ciencia.

A lo largo del siglo XX, la transformación ha sido radical, especialmente en lo que se refiere a las posibilidades de actuación de los profesionales de esta ciencia que, en nuestros días, pueden curar enfermedades que antes eran mortales, siendo la principal causa de unas expectativas de vida muy mejoradas, tanto en duración como en calidad, para la parte de la Humanidad con acceso a un servicio médico moderno. Estos avances, debidos tanto a una instrumentación revolucionaria (tan inimaginable hace doscientos años como el resto de los avances del último siglo y medio) como a metodologías científicas, han desembocado en un conocimiento profundo del cuerpo humano y de las enfermedades que lo asaltan. Los avances abarcan tanto a los métodos de diagnóstico y pronóstico como a la terapéutica médica y quirúrgica, e incluso la medicina preventiva.

Entre los elementos de diagnóstico más sofisticados se encuentran las modernas técnicas, no invasivas, de reconstrucción de modelos tridimensionales del cuerpo (tomografías, ecografías y resonancia magnética), además de las visiones directas del interior del organismo (artroscopia, cirugía endoscópica, cardíaca teledirigida, etc.) de distintos grados de agresividad para con el cuerpo del paciente. La exploración mediante analítica bioquímica e imagen acercan hoy día cualquier rincón y reacción del cuerpo humano a los sentidos del especialista.

Los avances de la cirugía son también espectaculares por los nuevos protocolos de actuación apoyados en instrumentación muy evolucionada. La utilización del microscopio, el rayo láser como elemento disector, las técnicas quirúrgicas y farmacéuticas de los trasplantes -que han posibilitado salvar miles de vidas gracias a la implantación de órganos completos (corazón, riñón, hígado...) en enfermos desahuciados-, las técnicas de cirugía endoscópica, las múltiples y finísimas intervenciones guiadas sobre áreas muy reducidas del cerebro, e incluso los ensayos actuales de cirugía robotizada y controlada por ordenador sin que intervenga de forma directa la mano del cirujano, sumado todo ello a mejores suturas, sistemas de hemostasia, de corte y disección, han creado un panorama muy satisfactorio en la cirugía.

Gracias a las modernas técnicas de bioquímica y genética molecular se ha abierto un campo enorme de futuras posibilidades para controlar las enfermedades hereditarias. El Proyecto Genoma, coordinado por numerosas instituciones y que tiene por objetivo conocer el genoma humano completo, ha dado sus frutos y se trabaja ahora en el entendimiento de cada uno de los elementos que lo forman. Los mapas que se obtengan serán de gran valor en investigaciones acerca de la organización génica y cromosómica, así como en la identificación de genes implicados en enfermedades genéticas.

Pero aún hoy, la medicina tiene que enfrentarse a numerosos retos, entre los que se encuentran el cáncer, el tratamiento de enfermedades neurológicas como el Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, y numerosas enfermedades infecciosas como la Hepatitis y el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).